Se recomienda cortarla, lavarla y secarla bien. En caso no se vaya a consumir en ese mismo instante, debemos colocarla dentro de una bolsa de plástico transparente para poder refrigerarla hasta el día en que deseemos consumirla. De esta manera, se puede ganar tiempo al tenerla lista en bolsas con las cantidades deseadas para consumir. Una excelente alternativa para sacarnos de apuros durante el verano cuando nos provoca preparar una ensalada.
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